Los orígenes de Tereza Marková en su pueblo en el Karst de Moravia, en la República Checa, le hicieron amar su lengua madre, de forma que estudió Filología Checa. Su interés en la literatura infantil se ha mantenido desde sus años de estudiante. Ha escrito varios cuentos para niños que de momento no han sido publicados. Antes y durante su baja por maternidad trabajó como editora y correctora. Adora la naturaleza y a sus niños.