Desarrollar la inteligencia emocional en niños es deber de los adultos, pues les ayudará a ser menos egoístas, controlar el estrés y ansiedad y, de forma general, regular mejor sus emociones. El uso de la lectura en la educación emocional puede ser una herramienta útil, pues a través de diferentes historias aprenden a reconocer sus sentimientos en otros.
La inteligencia emocional infantil ayuda a promover una buena autoestima y resiliencia, el lado emocional en los niños se ve reforzado a través de diferentes herramientas, ayudándoles a resolver conflictos con su interior y entorno. El autocontrol y reconocer las emociones hacen que puedan sobrellevar las situaciones difíciles sin perder el control. Canalizar sus emociones negativas será imprescindible para su desarrollo
La escucha activa y entendimiento de sus sentimientos favorecen la madurez personal, es por eso que se necesitan herramientas para enseñarles habilidades emocionales. La lectura es un buen aliado en este proceso.
Lo primero que debemos hacer es definir el concepto de inteligencia emocional. Se trata de la capacidad que se tiene para reconocer, detectar y gestionar las emociones propias y de las personas que nos rodean. En conclusión, la capacidad de los niños para manejar las diferentes situaciones sociales que se les presentan.
La inteligencia emocional está compuesta por los siguientes elementos:
Por lo tanto, ser emocionalmente inteligente significa contar con estas habilidades y destrezas al servicio de una vida más equilibrada y productiva.
Los pequeños están en constante aprendizaje, para ellos la mayoría de situaciones son nuevas. La inteligencia emocional hace que el niño aprenda a enfrentar los retos de manera positiva, disminuyendo sentimientos como la frustración. Crear habilidades sociales sanas permite que puedan expresar cuando algo les molesta o los hace felices, ayudando a todo su entorno a comprenderlo mejor a la vez que él se siente comprendido. Es trabajo de los adultos que le rodean ayudarlo a desarrollar estas herramientas.
Entre las diversas ventajas del desarrollo emocional, destacan:
Un buen aprendizaje de la inteligencia emocional en edades tempranas ayuda a los niños a tener una futura vida adulta más plena. Inculcarles la importancia de gestionar sus emociones les dará un futuro, psicológicamente, más feliz.
La familia va a jugar un papel imprescindible en esta cuestión. El juego, el diálogo, las actividades familiares son los mejores canales para enseñarles a manejar su lado emocional. Los libros también funcionan como grandes aliados. Con ellos podrán reconocer y poner nombre a sus emociones, sintiéndose identificados con los personajes. Los protagonistas se vuelven un ejemplo de comportamiento y valores.
En esta actividad pueden surgir sentimientos como la frustración cuando al niño no le salen las cosas como desea. Los adultos deben escuchar sus sentimientos y ayudarles a gestionarlos, tendrán que ser un modelo de referencia, tu autocontrol y calma se verán reflejadas en el pequeño.
La lectura permite crear nuevas redes neuronales, se estimula la actividad cerebral a la vez que el niño interpreta mensajes que se incorporan en su memoria emocional. Por eso, el hábito de lectura es fundamental para el desarrollo, en todos los ámbitos, de los pequeños. Aunque cualquier libro es útil para desarrollar la gestión emocional, los cuentos y las obras especializadas en filosofía son las lecturas más beneficiosas.
En tiempos difíciles y de transición para los niños, sobre todo entre los 6 y 8 años, esta clase de literatura ayuda a potenciar sus habilidades personales y canalizar sus sentimientos. A raíz de las experiencias de los protagonistas los pequeños reciben enseñanzas, ¡si haces memoria todos los clásicos tenían un aprendizaje en su interior!
Crea rutinas de lectura y elige cuentos con enseñanzas que le quieras inculcar, dándole opciones donde elegir. Es decisivo que no vea el momento de lectura como una obligación o castigo. Siéntate junto a él, lean juntos, crea juego alrededor de la lectura… Los padres serán el apoyo perfecto en el camino de la lectura y la gestión emocional.
Las enseñanzas que aprenden los personajes de los cuentos especializados en gestión emocional quedan en la memoria infantil, recibiendo una valiosa lección que podrán aplicar en su vida cotidiana. Así que observa la lectura como fuente de inteligencia emocional y aprovecha las infinitas posibilidades que da.
El autoconocimiento y la madurez personal refuerza la identidad y capacidad de gestionar conflictos en los más pequeños. La inteligencia emocional es un pilar fundamental en su desarrollo y la lectura una herramienta para inculcarla. Gracias a los libros podrás hacer que tu pequeño tenga una vida, emocionalmente, más saludable