La portada de un libro infantil es el primer estímulo que reciben y será determinante en su selección e interés. En algún momento de tu recorrido como lector has elegido un libro por la portada, pues este elemento cuando es llamativo e impactante te obliga a cogerlo para leer su sinopsis. Para los más pequeños, aún inexpertos, la calidad de sus ilustraciones es un factor muy importante para llevarse el libro a casa.
La portada no solo sirve para captar la atención, también es un preámbulo de lo que nos va a contar la obra literaria. Supone un paso previo a la historia que el escritor tiene preparada, es por eso que debe haber una correlación en la calidad del texto y portada.
En álbumes ilustrados infantiles el diseño de la portada va muy relacionado con la temática, los autores necesitan que los niños entiendan en pocos minutos qué quieren contar. Los potenciales lectores decidirán, gracias a los elementos de la portada, coger su libro o no. Conseguir estimular a los más pequeños no es un trabajo fácil, por eso esta tarea se deriva a diseñadores profesionales que consiguen grandes resultados.
La portada de un libro infantil es, para los más pequeños, el primer paso en la lectura de un libro. En la literatura infantil, este elemento toma aún más relevancia en el futuro interés de los lectores. Curiosidad, ganas de leer, impresión.. son algunas emociones que despiertan las grandes ilustraciones infantiles que, además, les facilita la comprensión de la historia. El público al que nos dirigimos será decisivo en el diseño de nuestra portada.
El diseño de la portada deberá contar con 3 elementos fundamentales y decisivos en el objetivo: despertar la atención del lector:
Según Wall Street Journal, una persona dedica ocho segundos a mirar la portada de un libro, con los pequeños este tiempo se reduce. Una portada llamativa importa, despertará en los pequeños el interés por los libros infantiles, convirtiéndolos en futuros grandes lectores. Los primeros pasos asientan futuros buenos hábitos, ¡deja que tu pequeño explore y llévalo a la librería para que elija él mismo!
Como has aprendido, llamar la atención es la finalidad principal de la portada de un libro infantil. Para cumplirla debe tener una serie de características, así el lector decidirá, en pocos segundos, si quiere descubrir su interior. A continuación, dos requisitos que deben cumplir las portadas:
A través de la portada el lector debe saber que va a encontrar en el interior del libro. Por eso hay una concordancia entre ellas. Con las ilustraciones los pequeños se hacen una idea de que se les va a contar, y en base a eso eligen, o no, el álbum. Los buenos diseños de portada despiertan una sensación de interés que permitirá cumplir el objetivo.
Los álbumes ilustrados para niños tienen un título ingenioso, pero claro y sencillo. Otro elemento de la portada que puede conseguir que el pequeño compre el libro, ya que se trata del primer texto que lee de la publicación. Una tipografía legible, un cuerpo de texto notable y la ubicación dentro de la portada son aspectos determinantes en un buen título.
Las portadas no deben estar sobrecargadas, pues se creará una sobreestimulación por la cantidad de elementos, produciendo el efecto contrario al deseado en los pequeños. Por eso, tiene que haber un equilibrio entre las ilustraciones y el título.
La calidad debe ser la premisa de toda portada y tiene que estar presente en los elementos más importantes. Cuando los niños son aún pequeños, la atención a los libros es proporcional al atractivo de las ilustraciones. Despertar el interés de los niños por los hábitos de lectura es importante para su desarrollo, una portada llamativa será su primer estímulo. ¡Ayúdalo a explorar y deja que él mismo elija!